Es verdad que la vida no es como uno se imagina
y a todos nos espera un camino desconocido.
Por eso,tal vez, cada día que pasa, sufro más
con las cosas que no deseaba.
Y a la vez, disfruto más de los regalos que me da la vida.
También aprendo a saborear los triunfos de los que me rodean
porque en ellos están los míos.
Es difícil imaginar que una vida llena de caminos
pueda vivirse sin ser compartida.
Desear que los que me rodean sean felices
es ,sin duda, lo que más feliz me puede hacer.
Los caminos, son caminos
pero los pasos, son nuestros
y podemos acompañarlos.
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